miércoles, 6 de septiembre de 2017

Qué tipo de procesador elegir



Una tarea muy interesante al armar tu equipo de cómputo es elegir el procesador que deberá llevar. Tendrás que tener en cuenta varios factores, rendimiento, número de núcleos, instrucciones, costo, entre otros así como el tipo de uso realmente le darás
Si piensas actualizar un ordenador no siempre es necesario sustituirlo por otro. En ocasiones, tal vez sea suficiente con sustituir el procesador por otro más potente, aunque será tu tarjeta madre quien determina el tipo y modelo de procesador que soporte.
Procesadores Intel vs. AMD
Más allá de posiciones de fanáticos y defensores obstinados de entre una u otra marca, se deben considerar los defectos y virtudes de la actual generación de chips de cada una de las marcas y elegir el apropiado para el equipo que necesitas.
Siendo objetivos, los procesadores de Intel ofrecen un rendimiento superior en juegos, estaciones de trabajo y diseño o equipos que necesiten potencia de procesado. En contrapartida, estos chips son más caros que los ofrecidos por AMD.
 Dep
endiendo del uso que se le vaya a dar al PC, será mejor optar por uno u otro procesador para ajustarlo a tus necesidades.
En cambio, la plataforma FM2 de AMD, con sus procesadores A6, A8 o A10, ofrece la solución ideal para equipos multimedia, de ofimática, o estaciones de trabajo con exigencia gráfica baja o media, gracias a su ajustado precio y al buen rendimiento de su chip gráfico integrado que se equipara al rendimiento de una gráfica de gama media.
¿Más núcleos o más frecuencia?
Al elegir el chip para tu PC deberás tener en cuenta el número de núcleos que tiene el procesador ya que encontrarás algunos con 2, 4, 6 u 8 núcleos.

Cada núcleo es capaz de procesar datos de forma independiente. Es decir, que es como si dentro del chip hubieran encapsulado 2, 4, 6 u 8 procesadores independientes más pequeños. A su vez, cada uno de esos núcleos será capaz de procesar una o dos líneas de ejecución de datos simultáneamente llamadas hilos (o threads).
Esto duplica de forma virtual la capacidad de trabajo del procesador haciendo que, por ejemplo, un procesador de 2 núcleos con 2 hilos de ejecución por cada núcleo, ofrezca un rendimiento cercano a uno de 4 núcleos con un solo hilo por cada núcleo.
Este es un factor muy a tener en cuenta durante la elección del procesador ideal para tu PCya que puedes encontrar chips que sólo ofrecen un hilo por núcleo (por ejemplo, procesador de 2 núcleos con 2 hilos o de 4 núcleos con 4 hilos) o los procesadores que ofrecen dos hilos por núcleo (2 núcleos con 4 hilos o 4 núcleos con 8 hilos), siendo el rendimiento de estos últimos superior al de los primeros.
La tecnología que permite utilizar más de un hilo por núcleo se conoce como HyperThreadinge Intel lleva más de una década usándola en sus productos.

Otro factor a tener en cuenta es la frecuencia de trabajo del procesador que se expresa en Megahercios (MHz).
En igualdad de características entre dos procesadores, a mayor frecuencia de trabajo (más megahercios), mayor será su rendimiento.
En las especificaciones de los procesadores puedes encontrar que algunos chips ofrecen un modo “Turbo” que aumenta la frecuencia de trabajo del procesador cuando, de forma puntual, sufre una elevada carga de trabajo. Pero esta frecuencia “Turbo” sólo se alcanza en contadas ocasiones, por lo que, aunque en ocasiones puntuales esta potencia extra puede venirte bien, no es tan determinante como la frecuencia estable a la que trabajará durante la mayor parte del tiempo.
 Actualmente todos los procesadores son multinúcleo, pero no todos son multihilo. Revisa las especificaciones técnicas del fa
bricante.


Memoria caché: La gran olvidada
La memoria caché del procesador es uno de los parámetros que acostumbra a pasar desapercibido a la hora de comparar chips. Sin embargo, pueden marcar una gran diferencia en el rendimiento diario del ordenador.
Esta memoria es de tipo SRAM (Static Read Aleatory Memory) y está integrada en el propio procesador y muy cerca de los núcleos.
La memoria caché es, haciendo una analogía sencilla, la sala de espera para los datos que tienen que procesarse.
Si esta sala de espera es pequeña, se corre el riesgo de que el chip termine su trabajo rápidamente y tenga que esperar a que le lleguen nuevos datos, en lugar de tenerlos preparados para procesarlos inmediatamente. Por lo tanto, cuanto mayor sea esa memoria caché, más cantidad de datos estarán siempre dispuestos para optimizar el funcionamiento del chip.

Esta memoria caché se presenta en varios niveles a modo de distintas salas de espera, que se van alejando de los respectivos núcleos. Cuanto más alejada del núcleo, más lento es su acceso, pero mayor es su tamaño.
En las especificaciones técnicas de los procesadores encontrarás los valores de la memoria caché expresada como L1 (nivel 1), L2, L3 e incluso L4 en los procesadores de última generación, teniendo la memoria caché de nivel 1 (L1) unos pocos kilobytes, mientras que la de nivel 3 puede tener varios megabytes e incluso centenares de megabytes en el caso de las memorias cache de nivel 4.
La importancia del consumo energético
No todos los procesadores tienen el mismo consumo eléctrico. Cuanto más potente sea un procesador, mayor demanda de energía tendrá.
Este consumo eléctrico no sólo es importante por el coste económico que implica tener un procesador consumiendo una determinada cantidad de vatios durante toda una jornada. También afecta a la cantidad de calor que genera ese procesador, ya que habitualmente un mayor consumo implica un aumento de la temperatura de trabajo del chip y, por tanto, también afectará a la sonoridad del conjunto ya que se necesitarán más medios para mantenerlo refrigerado.
Los fabricantes indican la máxima potencia generada por el procesador bajo el parámetro TDP (Thermal Design Power) y en los procesadores para escritorio puede oscilar desde los 20 W o menos para los procesadores menos potentes, hasta los 140 W de los procesadores más potentes.
El TDP también influye en el sistema de refrigeración, que tiene que ser el adecuado para conseguir disipar la temperatura que genere el chip o, de lo contrario, el procesador correrá el riesgo de morir bajo su propio calor.

 Cada Procesador necesita un sistema de refrigeración adecuado a su potencia y uso
Capacidades de overclock
Si tienes pensado hacer overclocking al procesador (subir la frecuencia de trabajo del procesador para aumentar su rendimiento), o crees que algún día podrías llegar a necesitarlo, debes elegir el modelo de procesador adecuado ya que no todos los procesadores lo permiten.
Por ejemplo, en los chips de Intel esta función está bloqueada en la mayoría de los modelos excepto en los que incluyen la letra K en su denominación.
Puedes encontrar modelos que no soportan la modificación de su frecuencia de trabajo, o modelos como el Procesador Intel® Core™ i7-7700K al que sí podrías modificarle este parámetro para obtener más rendimiento.

Los modelos con estas funciones desbloqueadas acostumbran a ser algo más caros, por lo que si no tienes pensado realizarle ese overclocking no merece la pena pagar más por ellos.



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